MADRID (AP) ā Un muchacho ensaya un elegante pase con la capa roja mientras otro a su lado corre con dos cuernos en sus manos, imitando a un toro.
Son estudiantes de la Escuela de Tauromaquia de la legendaria plaza madrileƱa de Las Ventas, donde niƱos de hasta nueve aƱos se inician en esta danza mortal entre seres humanos y toros que es parte de la identidad espaƱola.
La escuela estuvo cerrada entre marzo y agosto por el coronavirus. Pero reabrió sus puertas y se adaptó a los nuevos tiempos, igual que el resto de la sociedad, segĆŗn el instructor Miguel RodrĆguez, un extorero. Usan tapabocas y hay desinfectantes por todos lados, de uso obligatorio en los interiores.
Al aire libre, en la arena, los barbijos son opcionales, pero la gente guarda distancia.
āEs increĆble ver la ilusión de los chicosā en medio de tanto sufrimiento por la pandemia del COVID-19, dijo RodrĆguez.
La actividad taurina estĆ” perdiendo popularidad a medida que aumenta el interĆ©s en los derechos de los animales y casi no hay actividad desde que empezaron los confinamientos por el virus. TodavĆa no se permite el pĆŗblico en estadios y plazas en EspaƱa.
Los chicos asisten a las clases por la tarde, despuĆ©s de ir a la escuela, y saludan a los instructores con un respetuoso āBuenas tardes, maestroā.
Hacen ejercicios en un pequeño gimnasio y corren buenas distancias con y sin la capa para desarrollar resistencia y agilidad con el equipo. Les enseñan las técnicas para enfrentar al toro con el aplomo y la elegancia que quiere ver el aficionado. También afinan la precisión de sus movimientos, vitales para salir ilesos de una corrida.
Trabajan en parejas, uno es el torero y el otro el toro. El que hace de toro sostiene cuernos montados sobre una estructura de plƔstico que permite maniobrarlos imitando las embestidas y los movimientos del animal. Se desplazan con lentitud, enfocƔndose en perfeccionar los pases con la capa.
Para RodrĆguez, la misión de la escuela va mĆ”s allĆ” de la tauromaquia. Se exige a los estudiantes que tengan buenas notas en la escuela y se les inculca āuna serie de valores, como el respeto, el esfuerzo, el sacrificioā, de acuerdo con el maestro.
El toreo, no obstante, encuentra cada vez mÔs resistencia en la sociedad española, sobre todo entre los jóvenes de las ciudades. Cataluña prohibió las corridas en el 2010, aunque un tribunal dejó sin efecto esa ley regional. Otras regiones la imitaron.
Esto no impidió que las escuelas taurinas siguiesen funcionando y en las regiones donde la actividad aún es popular el toreo sigue siendo considerado una parte vital del patrimonio cultural de España.
Las Ventas es una de las plazas mƔs apetecidas en el mundo del toreo, un sitio privilegiado para aprender esta actividad. Es la mƔs grande de EspaƱa y la tercera mƔs grande del mundo, con capacidad para mƔs de 23.000 aficionados.
Recibe estudiantes de toda EspaƱa y tambiƩn del exterior, de Francia y AmƩrica del Sur. Actualmente tiene 70 estudiantes, incluidas cuatro mujeres.
A los 14 aƱos los aspirantes a matador pueden enfrentar novillos de hasta dos aƱos sin espectadores. A los 16 pueden hacerse profesionales, si muestran el talento necesario.
āEs muy complicadoā llegar a profesional, dijo RodrĆguez. āEs una profesión muy difĆcil, tienen que tener un seria de dotes y trabajar duro. De unos 100 muchachos, tal vez cinco o seis llegan a ser matadores. Y surgen una o dos grandes figuras por dĆ©cadaā.
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El reportero de AP Joseph Wilson colaboró en este despacho desde Barcelona.